La existencia de sociedades de origen ancestral, demuestra que el ser humano generó estrategias efectivas de sobrevivencia; sin embargo, el avance de la ciencia y la errónea aplicación de la tecnología, con el solo propósito de acumular y concentrar los recursos, quebrantó la sostenibilidad de tales estrategias, haciendo a estas mismas sociedades extremadamente vulnerables.

Los nuevos enfoques científicos y tecnológicos, implican la aplicación de los sistemas de conocimiento autóctonos integrados con la ciencia agrícola moderna, los cuales deben ser encabezados por las miles de familias productoras, el gobierno, las instituciones académicas, oneges y en general todas aquellas instancias que hayan demostrado mejorar la seguridad alimentaria, mientras han conservado los recursos naturales, la biodiversidad agrícola, la conservación de suelos y agua en diversas comunidades rurales del país.

Teniendo en cuenta el presente y el futuro inmediato del clima, la energía y los escenarios económicos, la agroecología se ha convertido en una de las vías más sólidas para un desarrollo equitativo y sostenible. En tal sentido, se hace indispensable tomar en cuenta la contribución de la agricultura campesina a la seguridad alimentaria, sobre todo en medio de escenarios de cambio climático, crisis económica y energética.

Sobre esta base, se proponen 2 sublíneas:

• Sistemas comerciales agroalimentarios
• Sistema milpa.